viernes, 27 de abril de 2012

Fondos buitre: el caso de NML y sus vínculos políticos

 
Por Jorge Argüello
Embajador de la República Argentina en los Estados Unidos.
Cancillería - 27 de abril

Argüello analizó el caso del fondo buitre NML

El embajador argentino en los Estados Unidos, Jorge Argüello, escribió una columna de opinión sobre el accionar de empresarios especuladores al que tituló NML, el nombre del buitre detrás del exitoso Elliott Management de Paul Singer. El texto completo.
Un fondo buitre como el NML Capital no nace, se hace. Lo hace gente como Paul Singer, su titular, a fuerza de comprar por poco para vender por millones. Lo hacen, y de ahí su apelativo, cayendo sobre deudas de naciones de economías agonizantes para volar luego a los tribunales y exigir a un valor nominal de 100 un título que se valuaba en diez o menos, fuere Perú, Vietnam o el Congo.
Para reclamar embargos por “deudas” como la de 650 millones de dólares que le exige a la Argentina, donde se hizo de bonos en default por un décimo de su valor, pero ahora rechaza el acuerdo aceptado ya por… ¡el 93% de los acreedores!
Sin embargo, a diferencia del mundo natural, personajes como Singer se esfuerzan por disimular su condición. Se presentan como fondos “de inversión”, a lo sumo “de riesgo”.  De hecho, son muy hábiles haciendo fortunas, también, en el “juego limpio” del capitalismo financiero.  
Veamos el caso de Singer. Mientras usa NML Capital y otras firmas creadas ad hoc para litigar en temas “sucios” y desprestigiados aun en Wall Street, mantiene por separado el fondo Elliott Management, su buque de bandera, de gran prestigio financiero: maneja hoy unos 12 mil millones de dólares, porque Singer fue de los pocos que sospecharon de los productos financieros “derivados” que provocaron la gran crisis de 2008 en los Estados Unidos.
La fama –y dinero– que ganó previniendo la tormenta pudo incluso más que su culto a la privacidad: Singer terminó pavoneándose en público y explicando cómo su fondo se había anticipado a la crisis.  Este hombre, ya mayor y de prolija barba blanca, apostó a mostrar al mundo político y económico que era sagacidad, y no mera rapacidad, el motor de sus negocios.
Es que su pasado también hablaba y había que disimularlo: compró por monedas deudas soberanas próximas al default en Perú en 1995 (se estima que pagó 5 millones de dólares títulos de valor nominal por 20 millones y  luego de sucesivos juicios cobró 58 millones).
También atacó a la pequeña y hambrienta Congo-Brazzaville (se hizo de deuda de valor nominal por 32,6 millones de dólares pagando sólo 2,3 millones y se llevó más de 100 millones en los tribunales británicos, incluso con exportaciones de petróleo del país africano). 
Los registros de Singer incluyen un intento de operar sucio en Brasil, cuando el país adquirió el real como moneda, pero se retiró a tiempo. Volando más bajo, a nivel empresas, procuró bloquear con ánimo chantajista ciertas fusiones y adquisiciones, el caso más conocido es el de la compra de la mayoría de acciones de la alemana Wella por la estadounidense Procter & Gamble, en este caso comprando un puñado de acciones que quiso cobrar a altísimo valor a cambio de no oponerse a la OPA (Oferta Pública de Adquisición). Un tribunal alemán ahuyentó al fondo buitre con rigor germano y debió huir.
Consecuente con sus fines, Singer opera en el terreno político para intercambiar favores que endulcen su imagen pero lo potencien como especulador. En los ’90 fue el mayor aportante a la campaña del alcalde neoyorquino republicano Rudolph Giuliani, al que acompañó también en su precandidatura presidencial. Es además el mayor donante de la policía de Nueva York.
Y Singer es, claro, uno de los mayores financistas del Partido Republicano. Aparece hoy como uno de los pocos donantes de la cifra máxima de un millón de dólares a la campaña del precandidato Mitt Romney en las actuales primarias.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario