sábado, 26 de mayo de 2012

Diálogo Inter-Americano: debate sobre Argentina y el G20


“El G-20 es para las naciones que respetan las normas legales, y  Argentina claramente no lo hace”, dijo el senador Richard Lugar, EE.UU. (R-Ind.) el 11 de mayo al proponer una resolución ante el Congreso que expresa que Argentina debería dejar de ser parte del grupo. Argentina no sólo ha nacionalizado YPF, sino también se ha negado a cumplir con las decisiones judiciales “que le ordenan a cumplir con sus obligaciones con los acreedores de Estados Unidos”, ignorando los reclamos presentados ante el CIADI, se negó a someterse a una revisión del FMI y no cumplió con las recomendaciones contra el lavado de dinero,” dijo. ¿Son justificadas las críticas del Senador Lugar sobre las acciones de Argentina? Se  debería excluir a Argentina del G-20 y, en caso afirmativo, ¿qué país debería reemplazarla? ¿Casi cinco años después, ha resultado el G-20 ser una organización eficaz para fijar la política económica internacional?

Jorge Argüello, El Embajador argentino en los Estados Unidos: 
“La crítica del Senador Lugar y la resolución que propuso distorsionan groseramente los hechos.  Evidentemente está mal informado. Su comunicado de prensa también contiene errores inexplicables.  Como un miembro activo del G-20, la Argentina cumple con sus responsabilidades. Me gustaría referirme particularmente a un hecho fundamental que el proyecto de resolución no toma en cuenta: la expropiación de YPF es, como en las actuales circunstancias, un derecho conferido a la Argentina por el tratado bilateral de inversiones vigente entre Argentina y España. Además, la Argentina nunca se ha negado a cumplir ni con sentencias judiciales de tribunales de los Estados Unidos ni con decisiones de foros internacionales de arbitraje.  Argentina reconoce los laudos de CIADI como definitivos y obligatorios. Los dos únicos beneficiarios de laudos que alegan falta de cumplimiento por parte de Argentina se han negado sistemáticamente a cumplir con el artículo 54 del Convenio del CIADI y seguir los procedimientos establecidos en estos casos para el cumplimiento. Argentina tampoco ha ignorado el sistema judicial de EE.UU..  Argentina ha resuelto el 92 por ciento de su deuda en default. Los juicios pendientes en los tribunales estadounidenses requieren una solución que no implica discriminar a los acreedores que aceptaron un recorte en la restructuración de la deuda. Algunas sentencias dictadas por las cortes estadounidenses otorgaron a los fondos buitres sumas con un beneficio de 5.000 por ciento sobre sus inversiones. En relación con los esfuerzos contra el lavado de dinero, la Argentina ha sido felicitada por su considerable progreso en la aplicación de la recomendación del Grupo de Acción Financiera durante la última reunión plenaria, que se celebró en febrero. Más allá de estas acusaciones sin fundamento, la propuesta de “suspender” a un miembro del G-20 no tiene precedentes debido a sus implicaciones sistémicas, absurdas y preocupantes. Ciertamente, no existe un mecanismo acordado en el G-20 para llevarlo a cabo.  De hecho, es difícil imaginar tal sorprendente decisión, ya que requeriría el consenso de todos sus miembros.

Jorge Heine, presidente CIGI en Gobernanza Mundial en la Escuela Balsillie de Asuntos Internacionales y ex ministro y embajador chileno:
“Las críticas del senador Lugar, están garantizadas. El gobierno argentino ha sido poco puntilloso en el cumplimiento de sus obligaciones internacionales. Sin embargo, este comportamiento en relación con cuestiones derivadas de la omisión argentina de 2001, tiene una razón. Si bien la Argentina fue la niña mimada de Washington y de las instituciones financieras internacionales en la década de 1990, una vez que estalló la crisis de 2001, ni los Estados Unidos ni el FMI estaban dispuestos a intervenir y ayudar, aunque se podría argumentar que era por seguir su consejo que la Argentina entró en default. Argentina por lo tanto desconfía de los mecanismos de resolución con sede en Washington que el Senador Lugar cita. Tomará mucho tiempo para cambiar. Expulsar a la Argentina del G-20, en el supuesto caso de que se pudiera hacer, que no está en absoluto claro, sería un error por tres razones: 1) Argentina fue originalmente invitada a formar parte del G-20 en 1999 a nivel de Ministro de Hacienda como un “país problema”. 2) Cuestionar la membresía del G-20 abriría la caja de Pandora. 3) Si fuera a suceder, señalaría el comienzo del fin del G-20. El “comité de dirección de la economía mundial’  ha tenido sus altibajos desde su lanzamiento en 2008, pero se ha convertido ahora en un foro indispensable para hacer frente a problemas globales financieros y económicos.  Al prepararse los engranajes del grupo para la cumbre de Los Cabos, en México el próximo mes, hay que concentrarse en estos temas y no en distracciones como la presente. ”

Gonzalo Paz, profesor de asuntos internacionales en la Universidad George Washington:
“La resolución de excluir a la Argentina del G-20 no es del interés de los Estados Unidos. También es contrario a los esfuerzos de la administración de Obama para involucrar a la Argentina y desarrollar una relación lo suficientemente fuerte como para manejar un complejo conjunto de temas, muchos de los cuales son importantes. Algunas de estas cuestiones son estrictamente bilaterales (como las nuevas oportunidades para las empresas estadounidenses en la producción de petróleo y de gas de esquisto en Argentina), mientras que otras son de alcance regional. Mientras que aun otros tienen un impacto internacional (como los derechos humanos, el terrorismo, la no proliferación e Irán) y la Argentina ha apoyado más frecuentemente las políticas de Estados Unidos de lo que indicaría un análisis superficial. Además, la Argentina será un miembro no permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas durante  el periodo de 2013-2014. Además del daño que una medida como esta podría causar a los Estados Unidos en la región, el impacto de la misma también es cuestionable. Si bien es posible argumentar si es en el interés económico de la Argentina de nacionalizar las acciones de Repsol en la YPF, los derechos legales de cualquier país soberano a la nacionalización son reconocidos por el derecho internacional. Las decisiones del CIADI algunas favorables a la Argentina y otras favorables a las empresas internacionales, son los efectos más recientes del terremoto económico de 2001, que la Argentina resistió casi sin apoyo multilateral o internacional. Ciertamente, la Argentina puede mejorar, pero, como el caso de Grecia ha demostrado, la participación activa de la comunidad internacional podría ser una política mejor que la de un castigo".

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