viernes, 28 de septiembre de 2012

Paraguay: la soledad de Franco en la ONU

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Periódico Marcha 

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Federico Franco habló ayer ante la asamblea de las Naciones Unidas y se quejó del aislamiento internacional. Denostó a Chávez y a los países vecinos, pero vuelve sin la legitimidad esperada.
El presidente de facto de Paraguay, Federico Franco, habló ayer ante la 67° Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) donde se quejó del “aislamiento” provocado por las decisiones de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) de excluir su país tras el golpe de Estado que destituyó al presidente electo Fernando Lugo en junio pasado.
“Paraguay se encuentra en una difícil situación internacional creada por sus vecinos integrantes del Mercosur y de la Unasur”, aseguró Franco. “Paraguay jamás aceptará la intervención en sus asuntos internos por parte de potencias extranjeras. Seguiremos construyendo nuestra democracia de acuerdo con la voluntad del pueblo paraguayo, ejercida soberanamente a través de sus instituciones libremente electas. Los países vecinos vieron que Paraguay era un escollo y encontraron la solución, nos marginaron en forma ilegal e ilegítima”, agregó.
El viaje a Nueva York había sido tomado por la delegación diplomática paraguaya como un 'último intento' de legitimarse a nivel internacional luego de los fracasos que se sucedieron tras la decisión de los organismos multilaterales del cono sur de suspender los derechos políticos de ese país en esos foros. “Vamos a vender al país a nivel internacional”, aseguró Franco al emprender el viaje hacia EEUU. Argentina, Brasil y Uruguay argumentaron que no reincorporarán al país guaraní hasta que no se haya restablecido el orden democrático. A partir de allí, las relaciones internacionales del Paraguay se vieron fuertemente afectadas.
El último episodio fue con España. El mandatario ibérico, Mariano Rajoy, decidió no invitar a Franco a la Cumbre Iberoamericana en la ciudad española de Cádiz prevista para noviembre por presión de Argentina y Brasil, que amenazaron con no participar si se extendía invitación al gobierno de facto. Rajoy, quien a su vez está siendo cuestionado en su país por el paquetazo neoliberal que impulsa su gobierno, prefirió acercarse a las dos principales economías de Sudamérica y aceptó pedir disculpas públicas por no invitar al gobierno de Asunción. Lo hará justamente en la apertura de la cumbre de Cádiz, según adelantó el canciller paraguayo, Fernández Estigarribia. En un encuentro privado entre Rajoy y Franco, el español habría invitado a su par a visitar Madrid a principio de 2013. Según Estigarribia, Rajoy habría calificado de “inviable” un posible acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur debido a la situación que vive Paraguay en el bloque.
Poco antes de hablar ante la asamblea de la ONU, Franco concedió una entrevista al canal norteamericano CNN donde fue muy duro con los países latinoamericanos, especialmente con el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chavez. “Sea cual fuere el signo político que gobierne a partir del 15 de agosto de 2013, las cosas no van a cambiar. Mi país no puede tener relaciones con Hugo Chávez”, fustigó Franco. El parlamento paraguayo, aún habiendo sido suspendido del Mercosur, hizo llegar a los miembros del bloque una protesta contra la incorporación de Venezuela al mercado común, oficializada luego del alejamiento de Asunción. El presidente de facto denunció que cuadros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) habrían sido formados en Venezuela para combatir luego en su país. “Jóvenes paraguayos fueron formados allí no precisamente para trabajar y producir, sino para el secuestro y la muerte”.
Los únicos presidentes que concedieron reuniones bilaterales a Paraguay durante su estadía en Nueva York fueron los de Guatemala, Otto Pérez Molina, y Panamá, Ricardo Martinelli. En los salones de la sede de la ONU, Franco hizo de todo para acercarse a otros mandatarios, y hasta logró estrechar la mano del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y sacarse una foto con Bill Clinton que hizo circular por los principales medios afines en su país.
Mientras Franco daba su discurso en la ONU, afuera del edificio varios grupos de paraguayos y estadounidenses se manifestaron en repudio a la presencia del presidente de facto. “Franco Golpista” decían los carteles que llevaban detrás de las vallas en la entrada. Muchos neoyorkinos se sumaron para repudiar la liberación indiscriminada de semillas transgénicas comenzada tras el golpe de Estado y que permite a empresas multinacionales con sede en EEUU, principalmente Monsanto, penetrar la economía paraguaya en detrimento de pequeños campesinos y pueblos originarios.
Al final de la gira, Franco parece volver con muy poco en mano. La legitimidad que fue a buscar a la ONU no llegó, y Paraguay parece quedar cada vez más aislado desde el punto de vista internacional, a no ser por las grandes empresas de agrotóxicos y semillas genéticamente modificadas.

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