domingo, 12 de abril de 2015

Cristina Kirchner criticó a Obama: Venezuela, Cuba, Malvinas, narcotráfico y "golpes blandos". No habló de los fondos buitre ni de las críticas de Jacobson al modelo económico

Dos síntesis de lo que dijo (y no dijo) la presidenta argentina en el plenario de mandatarios en la Cumbre de Panamá:


Cristina se desmarcó del resto y criticó con dureza a Obama

Cuestionó su política contra Venezuela y sugirió que su gobierno podría estar vinculado con "golpes blandos"
Por   | LA NACION

PANAMÁ.- Todos los temas que abordó fueron estratégicamente elegidos para concentrar sus críticas en un único destinatario: Barack Obama. Cristina Kirchner pronunció ayer uno de los discursos más encendidos en contra del jefe de la Casa Blanca, a quien cuestionó duramente por haber firmado el decreto que declaró a Venezuela una amenaza.
Calificó ese acto de "rayano con lo ridículo" y hasta contó que le había causado gracia. Dijo que era "absurdo y una sinrazón", pidió a los Estados Unidos que usara su cuantioso presupuesto para la lucha contra el narcotráfico y la inmigración ilegal, y deslizó la responsabilidad de la administración norteamericana en lo que calificó como intentos de "golpe blando" contra su gobierno y la región.
Para cuando ella habló, Obama había abandonado la extensa mesa circular que compartían y nada escuchó de lo que la Presidenta trajo aquí para decirle. Molesta por la ausencia, Cristina disparó munición gruesa. "¿No está? No importa, alguien se lo contará", reaccionó con ironía, mirando hacia el lugar vacío que había dejado el hombre que se llevó todas las miradas tras firmar el histórico acuerdo con Cuba y reunirse aquí con Raúl Castro. La mala relación de la Casa Rosada con Washington marcó el tiempo político del final de mandato de la Presidenta en esta VII Cumbre de las Américas, la última de la que participará.
La Presidenta se presentó en bloque con sus pares de Venezuela, Nicolás Maduro; de Bolivia, Evo Morales, y sobre todo de Ecuador, Rafael Correa, el cuarteto que esgrimió las posiciones más duras hacia los Estados Unidos.
Con Obama apenas se dio un apretón de manos. Nada más. Con Maduro, en cambio, se reunió en la previa al encuentro de presidentes en el Hotel Intercontinental Miramar, donde se hospedó, anteanoche. Allí, en una hora y media, acordaron la posición común que llevarían al plenario.
Las palabras presidenciales contrastaron con los cálidos elogios que minutos antes había dedicado Raúl Castro a Obama, que sorprendió al pedir apoyo para su par norteamericano, al que trató como una persona "humilde". En ese contexto, en el que habían sonado los aplausos para ambos, le tocó hablar a la Presidenta.
Desde el inicio anticipó el tono. "No seamos cínicos", reclamó cuando pidió a los Estados Unidos un cambio en su política de lucha contra el narcotráfico. "¿En dónde se lava el dinero? ¿En los bancos de los países que producen la droga o en los paraísos fiscales y los bancos de los países desarrollados?", cuestionó, y pidió perseguirlo con "el mismo ahínco" con el que "se investiga el financiamiento del terrorismo internacional".
Ni siquiera el histórico diálogo entre Obama y Castro pareció conmover demasiado a Cristina. Si bien rescató que el descongelamiento de las relaciones después de medio siglo se haya dado durante el mandato del demócrata, pidió no confundirse con esos gestos. "Yo sé que al presidente Barack Obama, lo acaba de decir, no le gusta mucho la historia o le parece que no es importante. A mí me encanta porque me ayuda a comprender lo que pasa", se diferenció. "No estamos presenciando el encuentro de dos presidentes. No, señores. Cuba está aquí porque luchó con una dignidad sin precedentes", remarcó.
Por la tarde, antes de partir y desde el lobby del hotel, repitió los conceptos centrales de su discurso ante la prensa, y fue un poco más contemplativa con Obama.
"Bueno, tampoco en ningún país del mundo un presidente tiene todo el poder", equilibró.
Durante su presentación ante los mandatarios, Cristina pareció aludir a la denuncia del fiscal Alberto Nisman en su contra. "Han surgido nuevas formas más sutiles de intervención e influencia en nuestros gobiernos, en las que se utilizan medios de comunicación multinacionales, denuncias falsas, asociaciones caprichosas de Estados con otros Estados para hacer no sé qué conspiraciones", asestó.
En su respaldo a Maduro, incluyó el reclamo contra Gran Bretaña por haber reforzado el presupuesto militar en Malvinas. "Si querían enfrentar a Venezuela, deberían haber encontrado otra forma. Nadie puede creer tampoco que mi país sea una amenaza al Reino Unido", planteó.
Y a pesar de que reprochó la injerencia en asuntos internos después de que Roberta Jacobson, una de las principales funcionarias de Obama, dijo que la economía argentina está "en muy mala forma", chicaneó, "así como al pasar", que la Casa Blanca "debería ser más efectiva para combatir el narcotráfico y la inmigración ilegal" con los 640.000 millones de dólares de presupuesto militar.
Con una corta participación, posó para la foto de familia y abandonó la cumbre de presidentes del continente, la última de sus dos mandatos.
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CRISTINA KIRCHNER CUESTIONO A ESTADOS UNIDOS Y A GRAN BRETAÑA POR TILDAR DE PELIGROSOS A ARGENTINA Y VENEZUELA

“Es ridículo considerarnos una amenaza”

La Presidenta remarcó “la similitud y la simultaneidad” de las administraciones de Barack Obama, con quien fue particularmente dura, y David Cameron. También cuestionó las “nuevas formas sutiles de intervención” a los países de la región.
Desde Panamá
 Por Fernando Cibeira (Página/12)
En un duro discurso, la presidenta Cristina Kirchner fue crítica con Estados Unidos durante la sesión de presidentes de la Cumbre de las Américas. Unió la declaración de “amenaza a la seguridad nacional” declarada por el presidente Barack Obama contra Venezuela con la “amenaza” que dijo ver el Reino Unido en Argentina para justificar el aumento del presupuesto militar en las islas Malvinas. En ese sentido, cuestionó las “nuevas formas sutiles de intervención” a los países de la región. Su posición fue acompañada en sus mensajes por otros mandatarios de la región como Rafael Correa, Nicolás Maduro y Evo Morales, también críticos con las posiciones norteamericanas.
Un dato inusual fue que la Presidenta comenzara hablando del combate al narcotráfico al que se había referido unos minutos antes el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. El tema no suele figurar entre los ítem que toca CFK en los foros internacionales. En verdad, de lo que quería hablar era del “financiamiento del narcotráfico” y del lavado de las ganancias que genera. “No seamos cínicos. Miles y miles de millones de dólares que se blanquean en paraísos fiscales y en bancos de países desarrollados. Si no se aborda ese problema no hay solución para el narcotráfico”, definió. Y habló sobre la “contradicción” del tema. “Con la droga y el dinero se quedan los países desarrollados; con los muertos y las armas, los pobres de América latina”, dijo.
La Presidenta recordó que era su última Cumbre de las Américas, que era el mismo caso de Obama. Que también era una cumbre “histórica” dada la primera participación de Cuba, aunque descartó que ese hecho fuera por exclusivo mérito del presidente norteamericano. “No, señores, Cuba está aquí porque luchó por más de 60 años con una dignidad sin precedentes”, sostuvo, y consideró un “verdadero triunfo de la Revolución Cubana” lo que se vivió ayer en Panamá.
Pero, siguió, la alegría del hito histórico se vino abajo el mes pasado cuando se conoció el decreto de Obama declarando a Venezuela una amenaza a la seguridad nacional para Estados Unidos. Cristina Kirchner reveló entonces que el viernes a la noche, al llegar a Panamá, había tenido una reunión con Maduro y que le había preguntado por el tamaño de su presupuesto militar. “Creo que me dijo mil millones, o dos mil millones, un poquito más”, mencionó. Recordó que Obama les había dicho a sus compatriotas que no tenían que temer a Irán, luego de firmar con ellos el acuerdo nuclear, porque el presupuesto militar iraní era de 30 mil millones de dólares mientras que Estados Unidos contaba con más de 600 mil millones. Cristina Kirchner dijo que lo primero que hizo al enterarse del decreto norteamericano fue reírse.
Desde el lugar en el que se encontraba sentada la Presidenta no se llegaba a distinguir dónde estaba Obama, en la otra punta de la larga mesa alrededor de la que se ubicaron las 35 delegaciones americanas, todas con sus presidentes a excepción de Michelle Bachelet, quien se quedó en Chile atendiendo las consecuencias de las inundaciones. “No sé si estará presente el presidente Obama o si se habrá retirado, no alcanzo a ver, tendría que ponerme los anteojos y no tengo ganas, no está. No importa, alguien se lo contará”, ironizó la Presidenta. Obama, efectivamente, había salido para mantener una reunión, tal vez previendo que en ese tramo recibiría críticas. No obstante, un rato después cuando ambos presidentes se cruzaron para la “foto de familia” de la cumbre se saludaron con amabilidad. En verdad, en lo personal, el trato entre ellos siempre fue cordial. En lo político, en cambio, nunca pudieron encajar.
La Presidenta unió la desmesurada declaración de Estados Unidos contra Venezuela con lo sucedido días atrás con las Malvinas. “Nuestro propio territorio”, como definió. Luego de un artículo aparecido en un diario sensacionalista sobre una supuesta compra de aviones rusos por parte de Argentina, el ministro de Defensa del Reino Unido declaró un incremento del ya de por sí abultado presupuesto militar del archipiélago. “Absurdo también. Pero me llamó la atención la similitud y la simultaneidad de ambas posiciones”, resaltó. Y después de recordar que “decía el líder que fundó mi movimiento, el general Perón, que se vuelve de cualquier lugar menos del ridículo”, remató: “La verdad que resulta absolutamente ridículo considerarnos a cualquiera de nosotros una amenaza”.
También criticó a Obama por haber dicho que no quería anclarse en el pasado. “A mí sí que me gusta la historia”, retrucó. Repasó la historia de intervenciones norteamericanas en la región, con golpes de Estado o invasiones. Pero habló del surgimiento de “nuevas formas más sutiles de intervención”, algo de lo que también hablaría poco después con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff (ver página 4). “Golpes suaves donde se utilizan medios masivos de comunicación, multinacionales, denuncias falsas, asociaciones caprichosas de estados con otros estados para hacer no sé qué cosas y qué conspiraciones. Son más sutiles, pero no por ello dejan de ser intervenciones y siempre encuentran su origen bajo el nombre de las ONG”, agregó.
Pese a que otros presidentes lo mencionaron –Raúl Castro respaldó la lucha argentina por Malvinas y la “soberanía financiera”–, CFK esta vez no hizo alusión al conflicto por los fondos buitre ni hizo una mención específica a las críticas de días atrás de la funcionaria del Departamento de Estado, Roberta Jacobson, a la marcha de la economía argentina. En el diálogo que mantuvo con la prensa, al salir del hotel donde estuvo alojada, hacia el aeropuerto, insistió en los puntos ya marcados en su discurso. Aunque destacó algo que también hizo Raúl Castro en su intervención en la cumbre, que el presidente de los Estados Unidos está lejos de concentrar todo el poder del país. “Tiene una parte del poder que generalmente es bastante inferior al poder de las grandes corporaciones económicas, mediáticas, financieras y la articulación de todos estos intereses geopolíticos. Todo esto es el mundo contemporáneo, un mundo difícil, complejo”, cerró.

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