domingo, 5 de junio de 2016

"La ofensiva del capital y el ocaso del progresismo en el Mercosur"






Por Antonio Elías

Cuadernos de Pensamiento Crítico (CLACSO)


La problemática

La consideración de cuál es y cuál debería ser la inserción internacional
de los países que hoy integran el Mercosur exige formularse algunas
interrogantes  vitales,  como  las  siguientes:  ¿La  interacción  entre  los 
actuales  gobiernos  de  los  países  miembros  del  Mercosur  permitirá 
avanzar en un verdadero proceso de integración regional favorable a
los intereses de la clase trabajadora y sus aliados? O, por el contrario,
¿Para  que  los  capitales  puedan  moverse  libremente,  generando  la 
concentración de la riqueza y su contracara, la exclusión social? En
definitiva: ¿Inserción soberana o subordinada?
El cambio sustancial que se está produciendo en la correlación
de fuerzas al interior de Argentina, Brasil y Venezuela permite sostener
que probablemente se avance hacia mayores niveles de subordinación.
Ello   no   implica   desconocer   la   existencia   de   diferencias  
importantes, desde el punto de vista de un posicionamiento estratégico
latinoamericanista, entre Venezuela y Bolivia —que integran el ALBA—
y  los  países  fundadores  del  bloque:  Argentina,  Brasil,  Paraguay  y 
Uruguay.
La    crisis    de    la    economía    mundial    que    se    traslada   
aceleradamente  de  los  países  centrales  a  los  países  periféricos.  Se 
revaloriza el valor del dólar y se deprecian las monedas de los países
del sur, caen sustancialmente los precios de los productos primarios
exportables  y  comienza  un  proceso  de  debilitamiento  económico  de 
los países y un empobrecimiento creciente de las clases subordinadas.
Todo  lo  cual  ha  generado  la  agudización  de  la  lucha  de  clases  y  los 
procesos  de  disputa  por  el  poder  (político,  económico  y  social),  en  

algunos países hay niveles altos de confrontación e inestabilidad y el
predominio electoral del progresismo muestra fisuras importantes.
Dicho esto en el marco de una ofensiva del capital transnacional
para imponer mega tratados cuyas disposiciones exceden largamente
tanto  el  actual  nivel  de  apertura  como  el  nivel  de  restricciones  que 
se  imponen  a  los  Estados  para  impedir  que  establezcan  sistemas  de 
reglas económicas nacionales que limiten la expansión de las empresas
y la maximización de sus beneficios. Los Estados Unidos —impulsos
y  motor  fundamental  de  estos  tratados—  buscan  la  profundización, 
hasta sus últimas consecuencias, del modelo de acumulación vigente,
lo  que  implica  la  expansión  del  capital  a  los  ámbitos  que  aún  están 
en  manos  del  Estado  y  la  consolidación  de  una  nueva  estructura 
institucional favorable al capital transnacional.
Analizar  la  actual  situación  implica  comenzar  por  ubicar  el  tema 
en  el  marco  de  la  ofensiva  del  capital  por  instaurar  un  modelo  de 
acumulación que le permitiera aumentar la decaída tasa de ganancia.


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