jueves, 8 de diciembre de 2016

Trump y su gabinete de militares y millonarios: un halcón anti-inmigrantes a cargo de las fronteras y un lobbista de la industria del petróleo, que niega el calentamiento global, en la Agencia de Medio Ambiente

Trump, junto al designado secretario de Seguridad Interior, John Kelly

Trump, junto al designado secretario de Seguridad Interior, John Kelly

Trump cede más poder a militares

Un general retirado estará a cargo de una secretaría clave
PARA LA NACION

NUEVA YORK.- Donald Trump planea profundizar el perfil militar de su gabinete al elegir a un general, el tercero que prevé sumar a su equipo, para preservar la seguridad de Estados Unidos, custodiar las fronteras y desplegar su política migratoria.
Trump le ofrecerá a John F. Kelly, ex general del Cuerpo de Marines, el Departamento de Seguridad Interior, el tercero entre los ministerios más grandes del gobierno. Hasta enero, Kelly estuvo a cargo de las operaciones en América latina. Otros dos ex generales ocuparán además puestos clave de Defensa de la administración.
De aceptar el cargo, Kelly será el tercer general retirado que trabajará en el gobierno de Trump. Otros dos generales retirados, Michael Flynn y James Mattis, ya han sido designados, respectivamente, asesor de seguridad nacional y jefe del Pentágono. Además, David Petraeus, que lideró el repliegue militar en Afganistán y dirigió de la CIA con Barack Obama, es uno de los candidatos para convertirse en secretario de Estado.
El nombramiento aumentó, además, la preocupación por un aumento de la influencia militar en el gobierno norteamericano bajo el mando de Trump.
El Departamento de Seguridad Interior, creado por el ex presidente George W. Bush, es una de las áreas más calientes del gobierno federal. Nacido de los escombros de las Torres Gemelas, es un mastodonte burocrático en el que trabajan 240.000 empleados repartidos en 22 dependencias con una sola misión: proteger al país de cualquier amenaza.
A los 66 años, Kelly, comandante en Irak entre 2008 y 2009, padre de un soldado muerto en Afganistán, ejecutará algunas de las propuestas más duras de la campaña de Trump.
Su abanico de responsabilidades incluirá la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, la custodia de las fronteras, las costas y los aeropuertos, el manejo de las aduanas y la seguridad de la familia presidencial.
Kelly será el hombre a cargo de la inmigración: el Departamento de Seguridad Interior decide qué extranjeros pueden entrar al país y a quiénes expulsa el gobierno federal. Controlará la política de deportaciones de inmigrantes indocumentados, el prometido muro con México y el "escrutinio extremo" a los extranjeros que quieran visitar o inmigrar a Estados Unidos.
Kelly tiene fama de "halcón". Trabajó en la administración de Obama, en Irak y como asesor de dos jefes del Pentágono, Leon Panetta -quien respaldó su designación- y Robert Gates.
Kelly conoce bien América latina. Hasta enero último, fue el jefe del Comando Sur, y tuvo a su cargo las operaciones militares en América del Sur y América Central que colaboran en la lucha contra el narcotráfico.
Uno de los motivos por los que Trump lo eligió es su obsesión con la frontera con México, en el sur del país. Kelly ha dicho que la violencia en la región, el tráfico de personas y drogas, y, a su juicio, la falta de seguridad en esa frontera son una "amenaza existencial" para Estados Unidos.
Se opuso públicamente al cierre de la prisión de Guantánamo, en Cuba, símbolo de torturas.
"Entiende perfectamente el papel fundamental que desempeña la seguridad fronteriza para proteger el país de las amenazas del terrorismo, la inmigración ilegal descontrolada y las drogas", lo elogió en un comunicado Dan Stein, presidente de FAIR, una organización que promueve una línea dura en inmigración.

Más nombramientos

El equipo de transición de Trump anunció, ayer, otros tres nombramientos. Por lejos, el que levantó más polvareda fue el de la persona propuesta para liderar la Agencia de Protección Ambiental (EPA, según sus siglas en inglés): Scott Pruitt, el procurador general de Oklahoma, un político cercano a la industria petrolera que ha desplegado una batalla judicial contra regulaciones para combatir el calentamiento global, impuestas por la misma agencia que ahora Trump quiere que dirija.
La elección de Pruitt destrozó las señales a favor del medio ambiente que había ofrecido Trump en las últimas semanas y que habían marcado un giro respecto de la campaña, cuando dijo que era el calentamiento global era "un cuento chino".
Días atrás, en una entrevista con The New York Times, el republicano había dicho que creía que existía "cierta conexión" entre los humanos y el calentamiento global, y esta semana se reunió con Al Gore, férreo activista de las políticas a favor del medio ambiente.
Pero su decisión marca un regreso a foja cero: en contra del amplio consenso científico, Pruitt ha dicho que la ciencia respecto del deterioro ambiental del planeta está "irresuelta". Su designación generó un rápido repudio en grupos ambientalistas y líderes demócratas en el Congreso.

Críticas

"Poner a Scott Pruitt a cargo de la EPA es como poner a un pirómano a apagar incendios", graficó Michael Brune, director ejecutivo de Sierra Club, una organización dedicada a proteger el medio ambiente.
"Es un negador del cambio climático que ha trabajado estrechamente con la industria petrolera. Es triste y peligroso", apuntó en Twitter el senador de Vermont y ex candidato presidencial, Bernie Sanders, que puso la lucha contra el cambio climático en el centro de su campaña.
La líder de los demócratas en la Cámara baja del Congreso, Nancy Pelosi, difundió un comunicado con un categórico repudio: "Por el aire que respiramos, el agua que bebemos y el planeta que dejaremos a nuestros hijos, el jefe de la EPA no puede ser un taquígrafo de los lobbistas de los contaminadores y las grandes petroleras".
El presidente electo eligió también al gobernador de Iowa, Terry Branstad, para ser embajador en China y llevar adelante una de las relaciones bilaterales que auguran tensión. Ya Trump se preocupó por crear el primer cortocircuito con Pekín al hablar por teléfono con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen.
El equipo del magnate republicano también anunció la designación de otra mujer, Linda McMahon, una empresaria que dirige una popular franquicia de lucha libre, WWE, y que compitió dos veces por una banca en el Senado norteamericano por Connecticut. Perdió las dos veces.
Trump, una de las celebridades que integran el Salón de la Fama de luchadores de WWE, junto a personalidades como Mike Tyson o Mr. T, entre otros, dijo que McMahon "va a desencadenar el espíritu emprendedor en todo el país".

El triángulo militar

Trump se rodeó de tres hombres curtidos en las fuerzas armadas para la toma de decisiones clave en defensa y seguridad

John F. Kelly

Secretario de Seguridad Interior
Ex general del cuerpo de marines, será nominado para conducir el Departamento de Seguridad Interior (DHS, por sus siglas en inglés); fue creado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 para que el gobierno estuviera preparado para prevenir y responder a futuros ataques
Comandante en Irak entre 2008 y 2009, Kelly ejecutará algunas de las propuestas más duras de la campaña de Trump; su abanico de responsabilidades incluirá la lucha contra el terrorismo y contra el narcotráfico
También será el hombre a cargo de la inmigración: el DHS decide qué extranjeros pueden entrar y quiénes deben ser expulsados; controlará la política de deportaciones de indocumentados

Michael Flynn

Asesor de Seguridad Nacional
General retirado de tres estrellas, será la mano derecha de Trump en seguridad; hará de enlace con los departamentos relacionados con la política exterior, militar y antiterrorista de la primera potencia mundial
Flynn estuvo 33 años en el ejército, está registrado como votante del Partido Demócrata y sirvió en el gobierno de Barack Obama como jefe de la unidad de inteligencia del Pentágono

James Mattis

Secretario de Defensa
Mattis, apodado "Perro Loco", es considerado un militar de mano dura; fue uno de los primeros en poner el pie en Afganistán tras los atentados de 2001 y estuvo al mando de una de las divisiones que invadieron Irak en 2003
Entre otros temas ríspidos tendrá un papel vital en las relaciones con Irán, después de haberse opuesto abiertamente al acuerdo que forjó Obama para limitar el programa nuclear de Teherán


Del editor: ¿Cómo sigue? Militares y multimillonarios son la combinación que por ahora parece estar eligiendo Trump para ejercer el poder.

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