domingo, 21 de abril de 2024

Mesa 15 Jornadas IEALC: Política exterior, geopolítica, defensa e integración

 


 

Jornadas sobre América Latina IEALC, FSOC-UBA

DIA 2 (jueves 25/4)

Eje 3, Mesa 15

Política exterior, geopolítica, defensa e integración

Modalidad presencial

Aula HU 101, sede Santiago del Estero 1029

Sesión A 9 a 12 hs.

Sesión B 13 a 15 hs.

Sesión C 15 a 17 hs.

 

Coordinación Sonia Winer, María Cecilia Miguez, Mariana Vázquez, María Eugenia Cardinale, Luis Wainer, Leandro Morgenfeld, Claudio Gallegos.

 

Sesión A 9 a 12 hs., coordina María Cecilia Míguez

Ponencias

Martín Martinelliu. Realineamientos en el tablero mundial

Germán Zundl. América Latina: ¿hacia una autonomía regional? Avances y desafíos de los gobiernos progresistas latinoamericanos de la última ola en la construcción de una integración regional solidaria

Luis Wainer. Militares y democracia en América Latina: una mirada sobre las relaciones civiles-militares durante los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil (2002-2016), Evo Morales en Bolivia (2006-2019) y Hugo Chávez en Venezuela (1999-2013)

Leandro Morgenfeld. A 200 años de la doctrina Monroe, los nuevos desafíos para Nuestra América

María Eugenia Cardinale. Acerca de la creciente (in)seguritización de las fronteras suramericanas: reflexiones desde los Estudios Críticos de Fronteras

Juan Ramón Quintana. El Comando Sur y la reconfiguración política y militar en América del Sur: Casos Perú, Ecuador y Paraguay.

 

Sesión B 13 a 15 hs., coordina María Eugenia Cardinale

Lucas Gastón Lamazares. La (Des)integración Suramericana 2001-2021

David Pizarro Romero. La transformación de la BAC Petrel como recurso estratégico para ejercer la soberanía responsable en el Atlántico Sur, en orden a los objetivos geopolíticos nacionales

Andrés Bustos. Servicio de Paz y Justicia: derechos humanos, noviolencia activa y derechos de la naturaleza en Argentina y Paraguay

Marcos Fernández Peña. La estrategia de política exterior argentina hacia Malvinas en la posguerra: Una propuesta alternativa a la luz del caso Chagos (1983-2022).

Rodrigo Agustín Montero Bustamante. Políticas de ayuda humanitaria en Argentina: un abordaje sobre el rol del Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas (2006-2021).

Mariano Del Pópolo. La participación de las Fuerzas Armadas de Argentina y de Chile en la respuesta a desastres y su relación con la estrategia de Estados Unidos hacia América Latina

 

Sesión C 15 a 17 hs., coordinan Sonia Winer y Luis Wainer

María Clara Pedreira Anjos. Afrontando la intervención: La estrategia de defensa de Venezuela en la Guerra Híbrida (2013-2019).

Mariana Vázquez. El NO Acuerdo MERCOSuR-Unión Europea. Cambios geopolíticos y relaciones biregionales

María Cecilia Miguez. Los partidos políticos y el ingreso de Argentina a los BRICS

Rubén Laufer. América Latina y China: asociación estratégica en un escenario de rivalidad geopolítica y subdesarrollo de los países “en desarrollo”

David Barrios Rodríguez. Actualización de la doctrina y de los conceptos estratégicos del Departamento de Defensa de Estados Unidos y su impacto en América Latina y el Caribe en el siglo XXI

Magalí Gómez, Impacto de la política exterior china hacia América Latina sobre la integración regional: El caso del litio

viernes, 19 de abril de 2024

Milei arrastra a Argentina a la sombra de EEUU e Israel. Opina Leandro Morgenfeld


 

AMÉRICA LATINA
Milei arrastra a Argentina a la sombra de EEUU e Israel

 

Por Ana Delicado Palacios (El Salto)
19 ABR 2024 06:00


Fue una imagen difundida por el propio Gobierno argentino que no pasó desapercibida: por primera vez un embajador, en este caso el de Israel, Eyal Sela, aparecía en la reunión de gabinete de ministros que había convocado en la noche del domingo 14 de abril el presidente Javier Milei para evaluar el ataque de Irán contra Israel.

El mandatario, que acababa de aterrizar en Buenos Aires tras suspender desde Estados Unidos la gira que lo iba a trasladar después a Dinamarca, conformó desde la Casa Rosada, sede del Ejecutivo, un “comité de crisis” que nació y murió aquella noche. A esa reunión fue convocado el jefe diplomático israelí, en un hecho sin precedentes. No es el único.

De aquel encuentro encabezado por el presidente se desprendió un mensaje prístino: que el Gobierno de Benjamín Netanyahu tenía derecho a defenderse, a contramano de la prudencia que mostraron el resto de mandatarios de América Latina, y en un desmarque claro de la posición dada a conocer por la Unión Europea, por Estados Unidos, y por Naciones Unidas, que desaconsejaron las represalias.

“Esta sobreactuación excesivamente peligrosa rompe la tradición histórica de Argentina de mantener la equidistancia y la neutralidad”, dice el historiador Leandro Morgenfeld
“Esta sobreactuación excesivamente peligrosa rompe la tradición histórica de Argentina de mantener la equidistancia y la neutralidad, en el planteamiento de que los conflictos deben resolverse de manera pacífica en organismos internacionales y no a través del uso de la fuerza”, afirma a El Salto el historiador Leandro Morgenfeld, investigador y profesor de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

La imparcialidad que mantuvo Argentina durante la I Guerra Mundial, pese a que varios buques civiles fueron capturados o hundidos, se prolongó hasta las postrimerías de la II Guerra, cuando la nación sudamericana rompió relaciones con las potencias del Eje en 1944 y al año siguiente declaró la guerra a Alemania, pero sin envío de tropas.

La equidistancia argentina se mantuvo por medio siglo más hasta que en 1990 el entonces presidente Carlos Menem (1989-1999) envió dos buques de guerra al Golfo Pérsico para participar en el bloqueo económico contra Iraq, fiel a las “relaciones carnales” que el país mantenía con Estados Unidos, según ponderó el que luego sería el canciller de su Ejecutivo, Guido Di Tella.

Argentina sangró en su propio territorio dos años después, con un ataque a la Embajada israelí que causó 22 fallecidos, y al que siguió otro atentado en 1994 a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), que provocó la muerte de otras 85 personas.

El apoyo irrestricto a Estados Unidos que exhibe Milei es aún más enfático en el caso de Israel. El presidente ha otorgado su aval explícito “a la política que está llevando a cabo Netanyahu”
A tres décadas de aquello, y tras un primer juicio que investigó el encubrimiento del ataque a la mutual judía, el máximo tribunal penal de Argentina sentenció la semana pasada, sin pruebas concluyentes, que el responsable de los dos atentados era Irán, y que la organización libanesa Hezbollah había sido el brazo ejecutor.

Alineamiento sin precedentes
“Nunca en la historia argentina hubo este nivel de alineamiento. Por más que Milei se referencie en las dos presidencias de Menem, Estados Unidos no es la fuerza hegemónica incontestable que era en los años 90, sino que está en un declive relativo, con el ascenso del Pacífico, China, India y los BRICS”, señala Morgenfeld en alusión al grupo integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

El apoyo irrestricto a Estados Unidos que exhibe Milei es aún más enfático en el caso de Israel. El presidente ha otorgado su aval explícito “a la política que está llevando a cabo Netanyahu” con los bombardeos en Gaza que han asesinado a más de 35.000 palestinos, pese a que el Consejo de Seguridad de la ONU ya había exigido el alto al fuego inmediato en el enclave bajo asedio.

“Esta política de sumisión total es a cambio de nada”, asegura Morgenfeld, autor del libro Nuestra América frente a la Doctrina Monroe. 200 años de disputa, al marcar una diferencia entre el rigorismo del mandatario argentino y el pragmatismo de Menem, que visitó Brasil en una veintena de ocasiones y contribuyó a la puesta en marcha del Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y ahora Bolivia.

El presidente ultraderechista dejó entrever —porque no fue explícito— su intención de construir una base naval conjunta con Estados Unidos a las puertas de la Antártida
Milei voló la semana pasada a la ciudad austral de Ushuaia, en la provincia patagónica de Tierra del Fuego, para recibir a la jefa del Comando Sur estadounidense, Laura Richardson, quien durante sus tres días de visita en el país recibió honores propios de una jefa de Estado. Vestido con el uniforme de la Fuerza Armada, el gobernante ultraderechista dejó entrever —porque no fue explícito— su intención de construir una base naval conjunta con Estados Unidos a las puertas de la Antártida.

El proyecto que llevaría a la nación sudamericana a ceder su soberanía es de difícil concreción, ya que la legislación argentina requiere el apoyo del Congreso para autorizar el ingreso de tropas extranjeras y en ningún caso habilita la instalación de bases militares de otros países. “Otorgarle la posibilidad a Estados Unidos de que tenga una base en la Antártida sería un desastre en términos geopolíticos”, sentencia el historiador.

Los prescindibles
Mientras toda su pleitesía se vuelca hacia Estados Unidos e Israel, Milei ha creado varios cortocircuitos con China, el segundo socio comercial de Argentina y un inversor clave en la región.

Desde un inicio, el presidente argentino descartó los 34 aviones de guerra JF-17 que el presidente chino Xi Jinping había ofrecido a su predecesor, Alberto Fernández (2019-2023), a un costo muy bajo y con facilidades de financiación. A través de un contrato rubricado el 16 de abril, la actual gestión compró a Dinamarca 24 cazas F-16, de origen estadounidense, que tienen un sistema de reabastecimiento incompatible con el que utiliza la Fuerza Aérea Argentina.

El Ejecutivo argentino también paralizó la construcción de su cuarta central nuclear y de dos represas hidroeléctricas que contaban con financiamiento chino en el sur, donde fueron despedidos 1.800 trabajadores. Las represalias del gigante asiático pueden hacer tambalear a Argentina si el Gobierno de Jinping exige la devolución del intercambio de monedas vigente por 5.000 millones de dólares, o si opta por priorizar a Brasil para adquirir carne y soja.

Mientras toda su pleitesía se vuelca hacia Estados Unidos e Israel, Milei ha creado varios cortocircuitos con China, el segundo socio comercial de Argentina y un inversor clave en la región
“China es un país que tiene una paciencia estratégica histórica con países de cualquier signo político. Los cuatro años de Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) mostraron que la idea de alinearse con Estados Unidos y confrontar con China tiene limitaciones estructurales”, advierte el investigador y docente argentino.

Doctrina Monroe
Antes de asumir la presidencia el 10 de diciembre, Milei descalificó al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, como “corrupto”, “comunista” y “socialista envenenado”. Una visita de tres días a Brasil de la ministra de Relaciones Exteriores, Diana Mondino, trata de dulcificar por estas horas el vínculo con el socio comercial más relevante de Argentina.

Será difícil que Lula olvide el desplante que hizo Milei al Grupo BRICS al declinar la invitación a que Argentina se adhiriese a esta asociación interestatal desde el 1 de enero, una gestión que promovió el mandatario brasileño.

“Ése es otro dislate de la política exterior que ni Bolsonaro se atrevió a hacer”, observa Morgenfeld. “Los BRICS son un club al cual más de 30 países hacen cola para entrar, un grupo que superó al G7 en términos de su PIB. En vez de estar ahí, como está en el G20 y en otros muchos bloques que comanda Estados Unidos, Argentina se fue dando un portazo, lo cual es no entender hacia dónde está yendo el mundo y cómo funciona”.

Milei ha enviado esta semana a Bruselas a su ministro de Defensa, Luis Petri, para solicitar el ingreso de Argentina a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)
La Doctrina Monroe que impulsa Estados Unidos desde hace 200 años y que lo lleva a excluir a potencias extra hemisféricas de América Latina —primero Europa, luego la URSS, ahora China y Rusia— y a tratar de evitar los procesos de integración regional, encuentra en el presidente argentino a un colaborador entusiasta.

En otro gesto de reverencia a Estados Unidos, el mandatario ha enviado esta semana a Bruselas a su ministro de Defensa, Luis Petri, para solicitar el ingreso de Argentina a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Desde que fue electo presidente en noviembre, Milei no ha dispensado una sola visita a otros países de América Latina, pero sí encontró el momento de viajar en tres ocasiones a Estados Unidos y en otra oportunidad a Israel, cuando verbalizó sus intenciones de trasladar la Embajada de Argentina a Jerusalén.

Milei llamo “corrupto” y “socialista envenenado” al presidente brasileño Lula; “ignorante” al mexicano Andrés Manuel López Obrador y “asesino terrorista” al colombiano Gustavo Petro
A finales de marzo, el presidente se las ingenió para agraviar en una misma entrevista a dos jefes de Estado latinoamericanos: definió como “ignorante” al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y como “asesino terrorista” al de Colombia, Gustavo Petro, lo que llevó a una crisis diplomática con el país andino.

“Milei es muy funcional a los objetivos de Estados Unidos en la región, a la política de desmantelamiento de la coordinación política a nivel regional”, concluye Morgenfeld. Ese nuevo encuadramiento, anunciado por el propio Milei como la nueva “doctrina de política exterior” de Argentina, verá su impacto con el correr del tiempo. No ha hecho más que empezar.

Entrevista OPEU a Leandro Morgenfeld

 

OPEU Entrevista 

LEANDRO Morgenfeld: ‘LOS DISCURSOS CAMBIAN, PERO EL OBJETIVO ESTRATÉGICO SIGUE VIGENTE’

Por Yasmim Abril M. Reis* [OPEU Entrevista]

Leandro Morgenfeld (@leandromorgen) / X

Prof. Leandro Morgenfeld (X)

En esta entrevista de la OPEU, hablamos con Leandro Ariel Morgenfeld, doctor en Historia y máster en Historia Económica por la Universidad de Buenos Aires. También es profesor adjunto de Historia en la Universidad de Buenos Aires e investigador independiente en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Tiene experiencia en el campo de la historia económica y las políticas económicas, con especial atención a los estudios sobre la relación entre Estados Unidos y América Latina en el siglo XIX y en la actualidad.

Leandro publicó recientemente el libro Nuestra América frente a la doctrina Monroe: 200 años de disputas (Batalha de ideas y Clacso, 2023). Hablaremos de este y otros temas en esta conversación. Echa aquí los principales momentos de la entrevista:

 

OPEU: Buenos días, Leandro. En primer lugar, me gustaría agradecerte que te dispongas a concedernos una entrevista. Para empezar, ¿por qué te interesaste por estudiar la relación entre Estados Unidos y América Latina?

Mario Rapoport | Página|12

Mario Rapoport (Crédito: Página 12)

Hola Yamin, ¿cómo estás? Bueno, cuando yo estaba trabajando en otros temas de investigación y cuando empecé a trabajar en el 2003, 2004, con Mario Rapoport, había una discusión en la región sobre la implementación, a partir del 2005, del proyecto norteamericano del Área de Libre Comercio de las Américas y empezó a haber una fuerte oposición a este proyecto, desde abajo, de organizaciones sociales, sindicales y también de los gobiernos del Mercosur y de Venezuela, que no eran miembros del Mercosur. Así que seguí todo este proceso de las Cumbres de las Américas, la negociación del ALCA, que terminó en la cuarta Cumbre de las Américas en 2005, el tema de mi especialización y mi primer libro. Y luego, por sugerencia de Rapoport, empecé a trabajar sobre este vínculo bilateral entre Argentina y Estados Unidos a lo largo de la historia, particularmente cuando, a fines del siglo XIX, Estados Unidos propone crear la Unión Panamericana, un proyecto de James Blaine, que primero iba a ser una Unión Aduanera, una Unión Monetaria, etc. Y mi tesis doctoral fue sobre la relación entre Argentina y Estados Unidos en el sistema interamericano. Y es particular y general, a la vez, porque es imposible entender la historia de cada país latinoamericano, la historia contemporánea y la historia de la región sin tener en cuenta el vínculo con Estados Unidos, que era la potencia omnipresente.

OPEU: Haciendo un panorama de su trayectoria académica sobre los estudios de la relación entre Estados Unidos y otros países latinoamericanos desde la dictadura, ¿cómo consideraría la actuación de Estados Unidos durante este periodo?

En mi último libro, que salió el año pasado, Nuestra América enfrenta a la doctrina Monroe: 200 años de disputas, señalo, entre otras cosas, que la doctrina Monroe sigue vigente. La doctrina Monroe, planteada hace 200 años, proponía que ninguna potencia extra hemisférica disputara a Estados Unidos su peso específico en la región, que entonces todavía no era tan fuerte como lo sería después, pero que se ha consolidado en los dos últimos siglos. Es decir, permitía, digamos, organizar la política estratégica para luchar primero contra la presencia europea, luego con la Unión Soviética, hoy fundamentalmente con China y Rusia, pretendiendo que esta fuera su pátio trasero, su zona exclusiva de influencia. Y, en segundo lugar, para tratar de impedirlo […] Hoy, este objetivo es el que sigue guiando la política norteamericana hacia la región, aunque no con intervenciones militares directas, como a principios del siglo XX, ni con apoyo a dictaduras militares, como en los años 60 y 70. Aunque en el siglo XXI haya habido algunos golpes de Estado más de nuevo tipo, si no que sigue siendo una política intervencionista, paternalista, que tiene una profunda codicia por los bienes comunes de la Tierra.

Como dice [la comandante del SOUTHCOM, general] Laura Richardson, que sostiene una perspectiva extractivista, y pone como objetivo enfrentarse a quienes creen que son sus adversarios o enemigos en la región. Según la última estrategia de seguridad nacional, China y Rusia son quienes quieren desafiar la hegemonía de Estados Unidos. En la región, desde que Estados Unidos fue concebido, la política, en todos los órdenes, diplomático, económico, militar, comercial, financiero, tiene que ver con estos objetivos estratégicos de Estados Unidos de seguir manteniendo la hegemonía y el control sobre el resto del continente americano, a pesar de que estamos en un proceso de transición hegemónica a nivel mundial.

Gen. Richardson meets with student, staff of Carnegie Mell… | FlickrLa general Laura Richardson, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, visita la Universidad Carnegie Mellon, el jueves 28 de septiembre de 2023 (Crédito: Southcom/Flickr)

OPEU: Hace tiempo que estudias el tema. ¿Qué puede destacar como cambio significativo en la política estadounidense hacia la región ante la presencia de actores extra-hemisféricos como China y Rusia, especialmente durante la Administración Trump?

Bueno, en el contexto de lo que respondía en la primera pregunta, ven que China es el primer y segundo socio comercial de casi todos los países de la región, un inversor cada vez más importante y un prestamista que incluso está deshaciendo organizaciones tradicionales dirigidas por Estados Unidos, como el Fondo Monetario Internacional. Así que ahora afirman abiertamente que todas sus acciones tienen que ver con frenar la presencia de estos países. No hay mucho que puedan hacer. Desde el punto de vista económico, los programas de desarrollo, los programas de asistencia, los programas de financiamiento para América Latina por parte de Estados Unidos son cada vez más limitados, incluso con países y gobiernos muy alineados con Estados Unidos, o con economías muy entrelazadas, muy relacionadas con la economía norteamericana, como México, o países que controlaron a lo largo del siglo XX, como Panamá, o países que tienen vínculos económicos muy fuertes con China. Entonces, desde la presidencia de Trump, con una política distinta a la de los globalistas, han tratado de enfrentar a estos poderes de distintas maneras, pero hay una continuidad en ambos gobiernos. El cambio significativo es que el declive en relación con Estados Unidos es cada vez más pronunciado frente a China y otros actores, y la presencia de estos otros actores en América Latina es cada vez más pronunciada. Entonces lo que tenemos es, en un momento crítico para el dominio de Estados Unidos, un ejercicio más para los que siguen siendo dominantes, que es el músculo militar y el músculo diplomático, es decir, lograr, a través de la presión política, diplomática y militar, lo que no pueden lograr desde el punto de vista económico.

OPEU: ¿Cómo ve el cambio en el discurso estadounidense hacia la región en los últimos años, especialmente a la luz de una política ambigua, si podemos considerarla así, en un intento de reinterpretar la Doctrina Monroe a través del aspecto económico?

Bueno, es una pregunta extensa, pero los demócratas, durante la administración Obama, trataron de hacer el discurso más amable. De hecho, su último secretario de Estado, John Kerry, en 2013 dijo que había que dejar de lado la doctrina Monroe, que es un discurso patológico que genera oposición, etc., propio de otro contexto histórico, y lo calificó de genocida, muerto. En 2018, con Trump, la doctrina Monroe ha sido reivindicada, y en los últimos años de múltiples maneras. Joe Biden tiene una retórica democrática, pero en 2022, en la última Cumbre de las Américas en Los Ángeles, decidió excluir a tres países, con lo cual México, Bolivia y muchos otros no fueron en solidaridad con Cuba, Venezuela y Nicaragua, que fueron excluidos por Estados Unidos. Y esto demuestra que, bajo otro disfraz, pero también para los demócratas, la doctrina Monroe sigue vigente, el bloqueo contra Cuba sigue vigente. La política de desestabilización de los gobiernos no alineados sigue vigente, la política de obstaculización de los proyectos de integración regional sigue vigente. Así que los discursos cambian, las herramientas de hard power y soft power cambian, se modulan según las formas de demócratas, republicanos y diferentes orientaciones de gobierno, pero el objetivo estratégico sigue vigente.

Libreria - CLACSO - Nuestra América frente a la doctrina MonroeOPEU: En su recién publicado libro Nuestra América frente a la Doctrina Monroe: 200 años de disputas, hace un panorama desde el siglo XIX de esta doctrina, cuyo principio inicial era contener la expansión del poder europeo en la región. Sin embargo, Estados Unidos la utilizó para racionalizar su intervención diplomática y su coerción en sus relaciones con los países de América Latina y el Caribe. ¿Qué destacaría como principal obstáculo para la emancipación de los países de la región frente a Estados Unidos?

Hay muchos, los hemos visto desde que [Simón] Bolívar convocó un congreso en 1824, que terminó siendo en Panamá poco después, tratando de construir el proyecto de un estado continental. Bueno, hemos visto muchos proyectos de coordinación y cooperación política, diferentes intentos de integración regional, con avances, pero también con muchos límites y obstáculos. El primero es el éxito que ha tenido fragmentar el continente, nuestra América, en por lo menos 33 países, lo que crea países, sociedades y mercados mucho más débiles frente a una potencia como Estados Unidos, la dificultad para avanzar en sus procesos de integración que mencionábamos antes, los obstáculos que nos ponen desde afuera. También tiene que ver con el carácter de las clases dirigentes de estos países, que en muchos casos son oligárquicas o actúan como conducto de los intereses económicos, políticos e ideológicos de las potencias que nos dominaron en la etapa anterior y ahora con Estados Unidos. Sí, también hay mucha resistencia en nuestras clases dominantes, resistencia desde dentro, que avanza, y lo que José Martí llamó la necesaria segunda independencia, no económica, sino política.

OPEU: Para concluir, ¿cuáles son sus proyectos de investigación para los próximos años?

Bueno, dos o tres líneas de investigación. Ahora estamos, junto con Gabriel Merino, coordinando un libro que saldrá en el primer semestre del año que viene, editado por Clacso [Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales], sobre los dos grupos de trabajo. Él co-coordina el grupo sobre China y yo co-coordino el grupo sobre Estados Unidos de Clacso. Es una obra colectiva de más de 20 autores que están escribiendo ahora, que saldrá dentro de un año y que se presentará en la conferencia latinoamericana de Colombia en mayo, junio de 2025. Y el título del libro, que les doy como adelanto, bueno, no es el título definitivo, pero vamos a pensar qué papel juega América Latina, cuáles son los desafíos para América Latina en este contexto de disputa global entre Estados Unidos y China. Es decir, vamos a pensar desde América Latina cuáles son las condiciones, los desafíos, las oportunidades y los peligros que enfrentamos en esta disputa global entre Estados Unidos y China.

Y yo, en particular, también estoy trabajando sobre las manifestaciones, la resistencia popular contra distintos aspectos fundamentales de la historia y la actualidad de la política exterior argentina. Algo que no se estudia mucho en general, pero que es reflexionar cómo se posicionaron las organizaciones populares, los sindicatos, las organizaciones de derechos humanos, los partidos políticos, las organizaciones sociales, etc. en los momentos clave en que la política exterior se puso en debate público. En general, se estudia, desde arriba, como un tema de las élites, de las clases dirigentes, de las burocracias estatales. Pensar esta relación entre lo interno y lo externo, la determinación de la política exterior argentina.

OPEU: Leandro, muchas gracias por tu tiempo y tus conocimientos. ¿Le gustaría hacer algún otro comentario?

Bueno, creo que eso es todo. Muchas gracias.

 

* Yasmim Abril M. Reis é doutoranda em Relações Internacionais no Programa de Pós-Graduação em Relações Internacionais San Tiago Dantas (UNESP/UNICAMP/PUC-SP), mestre pelo Programa de Pós-Graduação em Segurança Internacional e Defesa da Escola Superior de Guerra (PPGSID/ESG), pesquisadora colaboradora no OPEU e vice-líder e assistente de pesquisa voluntária no Laboratório de Simulações e Cenários na linha de pesquisa de Biodefesa e Segurança Alimentar (LSC/EGN). Contato: reisabril@gmail.com.

** Revisão e edição finais: Tatiana Teixeira. Primeira versão recebida em 10 abr. 2024. Este Informe OPEU não reflete, necessariamente, a opinião do OPEU, ou do INCT-INEU.

*** Sobre o OPEU, ou para contribuir com artigos, entrar em contato com a editora do OPEU, Tatiana Teixeira, no e-mailtatianat19@hotmail.com. Sobre as nossas newsletters, para atendimento à imprensa, ou outros assuntos, entrar em contato com Tatiana Carlotti, no e-mailtcarlotti@gmail.com.

Argentina territorio de disputa: la política nacional entre dos gigantes

 


Argentina territorio de disputa: la política nacional entre dos gigantes

Por Camila Mitre (Resistencia Online), 11 de abril de 2023


El gobierno ya definió una estrategia y apunta hacia la agenda 2025. El presidente Javier Milei, en una entrevista en Neura, aseguró que “con Macri vamos a empezar a trabajar en la convergencia. De cara a 2025 vamos a construir una expresión liberal”. De este modo abrió el juego: necesita el apoyo del PRO y de “todos los radicales de la línea de Alvear” para defender su gestión en las urnas y poder garantizar las bancas suficientes para continuar profundizando sus planes de entrega y ajuste. Hoy, el consenso entre bloques dentro del Congreso y del Senado no fluctúa del modo esperado.

Pero la aspiración de incluir a estos dos actores y hacerlos carne dentro del propio oficialismo para dar “el batacazo” en las legislativas se contrapone con el lanzamiento de La Libertad Avanza dentro de la Ciudad de Buenos Aires. Un bastión gobernado por el macrismo y sus aliados desde el 2007, es decir, hace 17 años. Karina “el jefe” Milei salió a buscar avales y afiliaciones para comenzar a garantizar la presencia de su partido en todo el país.


Gabriel Bornoroni, Karina Milei y Martín Menem

Milei y su círculo se amparan en las pocas conquistas concretas de su gobierno, como los aún vigentes artículos del DNU 70/2023 y en el Pacto de Mayo -que parecía haber muerto antes de nacer- pero que tiene como fin premiar a los gobernadores que lo ayuden impulsar la reversión de la Ley Ómnibus y el envío al Senado del paquete fiscal. En el Congreso, el tratamiento del mega DNU parece no alcanzar los 129 votos necesarios para rechazarlo.

El gobierno se muestra tranquilo. Despide empleados estatales justificándose en los versos de la meritocracia y la idoneidad; licúa los salarios con devaluación y con la derogación de decretos que regulan los precios de alimentos y servicios; reprime periodistas, docentes y jubilados con gases que aún no se sabe si están o no prohibidos por la Convención de Armas Químicas, un tratado internacional firmado y ratificado por Argentina; Bertie Benegas Lynch sugiere que las niñeces trabajen; la burocracia sindical de la CGT está apagada.

¿No hay plata? La eterna excusa previa a la toma de deuda
El resultado del Supermartes de primarias estadounidenses determinó que las presidenciales del próximo 5 de noviembre se disputarán otra vez entre Joe Biden y Donald Trump. Un sondeo de la universidad neoyorquina, Siena College reveló que, si las elecciones se llevaran a cabo en estos días, el 48% de los votantes se inclinaría por el republicano y no por la gestión actual. Ante estos resultados, Javier Milei se mostró dichoso y bienaventurado, ya que la relación entre él y Trump se había profundizado durante estos últimos meses.

“El gobierno imagina -contrariamente a muchísimos ejemplos- que, con una rendición absoluta con Estados Unidos, un lineamiento en las votaciones en la ONU, las posiciones en los conflictos –como por ejemplo en Ucrania y en Medio Oriente-, atacar a los gobiernos, va a lograr que Estados Unidos se congracie con él y le dé un financiamiento que pueda permitir salir de esta crisis económica”, explica Leandro Morgenfeld, doctor en Filosofía y Letras y magíster en Historia Económica.


Gita Gopinath del FMI y Javier Milei

Pero, ¿qué garantiza esto para Argentina? De primera mano, no existe ninguna información que asegure que ni el actual gobierno estadounidense, ni una posible segunda gestión de Trump administren los medios para un nuevo préstamo al país. Desde hace varios años, la prioridad en cuestiones de política exterior para Estados Unidos es la contención de China en su avance sobre el Asia-Pacífico como principal teatro de operaciones.

Quizás la experiencia del gobierno de Mauricio Macri, a quien se le aprobó el mayor préstamo otorgado en la historia del Fondo Monetario Internacional a un país, que fue auspiciado por Donald Trump en 2018, sirve de esperanza para Milei de cara a un financiamiento que le permita, entre otras cuestiones, la dolarización de la economía argentina. En este sentido, Morgenfeld recuerda que Estados Unidos y el FMI “reconocieron que el objetivo era que Macri fuera reelecto y que el peronismo no volviera al poder, pero no les salió” y agrega que “la sumisión del gobierno con Estados Unidos es en general, independientemente de quien gobierne, pero está jugando muy fuerte y rompe con los usos y costumbres de las relaciones internacionales y diplomáticas”.

Un nuevo escenario para una vieja disputa: China y Estados Unidos
El Pentágono anunció el despliegue de un sistema de misiles para marcar el territorio a China en el Asia-Pacífico.

A pesar de que Estados Unidos y China han “colaborado” en áreas como el comercio y la seguridad regional a través de organismos multilaterales como el APEC (Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) y el G20, también existen tensiones y rivalidades, en cuestiones como la libertad de navegación en las aguas del Mar de China Meridional, entre otras.



Este terreno siempre representó para Estados Unidos una oportunidad de alianzas en materia de defensa como la que tiene con Japón, Corea del Sur y Australia, además de ejercer una presencia militar significativa. Mientras tanto, China ha buscado expandir su influencia económica y política en la región a través de iniciativas como la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda y la creación de instituciones regionales como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB).

Para Juan Elman, periodista especializado en política internacional: “durante el trumpismo, el rol de secretario de Estado tenía que estar muy basado en representar un giro más unilateral y duro respecto a China. Eso involucraba naturalmente el vínculo con Europa, pero también le dio libertad de acción a algunos cuadros con influencia en América Latina, como el senador por Florida, Marco Rubio”.

¿Y por casa?
“Hay una concepción ideológica dogmática por parte del gobierno, que tiene que ver con la forma de ver el mundo, la forma de ver determinados valores e ideas, y eso lleva a que alinearse con Estados Unidos no necesariamente implique una racionalidad económica”, explica Alejandro Frenkel, licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales, y doctor en Ciencias Sociales y amplía: “hay algunos elementos que permiten inferir que ese alineamiento se está pensando para obtener beneficios en detrimento también de afectar la relación con China”.

Por su parte, el vocero presidencial, Manuel Adorni, en una de sus conferencias de prensa, aseguró que “la posición del presidente, que implica la postura del gobierno argentino, es que efectivamente nuestros aliados van a ser Estados Unidos e Israel”.

A raíz de las preocupaciones del embajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley sobre la instalación de la estación espacial China en Neuquén, el gobierno anunció que “revisará los contratos”. El diplomático había manifestado: “Me sorprende que la Argentina permita que las Fuerzas Armadas chinas operen en Neuquén, en secreto, haciendo quién sabe qué”



Pero esto va más allá de un apoyo superficial o la entrega en términos de soberanía con la autorización de la instalación de una base naval de construcción conjunta en Ushuaia con Estados Unidos, como fue pactado entre el gobierno y la jefa del Comando Sur en su última visita; e incluso, la firma del Memorándum de Entendimiento para la intervención del Cuerpo de Ingenieros de las fuerzas estadounidenses en la Hidrovía del Paraná.

En una entrevista con El Cronista, el ministro de Defensa, Luis Petri anunció que el gobierno apunta a convertirse en un “socio global” de la OTAN. Un estatus superior al actual de aliado extra-OTAN, que había sido dispuesto mientras aún gobernaba Carlos Menem.

Esto implicaría que Argentina pueda colaborar de conjunto con los miembros del Tratado del Atlántico Norte, en las operaciones que éstos lo demanden. Incluyendo cuestiones militares y bélicas.

lunes, 15 de abril de 2024

El alineamiento con la OTAN, otra sobreactuación de Milei. Entrevista a Leandro Morgenfeld

 

milei petri otan

 

El alineamiento con la OTAN, otra sobreactuación de Milei

Horas antes de que drones y misiles iraníes llovieran sobre Israel, el ministro Luis Petri anunció el viaje a Bruselas para solicitar la inclusión de Argentina en la OTAN. “Nada bueno podemos esperar y sí consecuencias perjudiciales”, sostiene el especialista Leandro Morgenfeld.

Redacción Canal Abierto | Antes de los eventos de las últimas horas, con la escalada bélica entre Irán e Israel, el ministro de Defensa, Luis Petri, anunció que viajaría esta semana a Bruselas, Bélgica, para solicitar la inclusión de la Argentina como “socio global” de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte).

La alianza militar reúne a 30 naciones europeas, más los Estados Unidos y Canadá, y constituye un sistema de defensa, surgido en 1949 en plena guerra fría con la Unión Soviética, por el cual los estados integrantes acuerdan defender a cualquiera de sus miembros ante un ataque externo. 

Argentina, desde 1997, el momento de las ‘relaciones carnales’ de Menem, es aliada extra OTAN. Ese anuncio se hizo en el marco de la segunda visita de Clinton al país -el 16 de octubre de ese año. Página/12 tituló su tapa de ese día: “Llegó papá”-. Ahora, el planteo es subir de nivel como ‘socio global’ de la OTAN. El único país de la región en esa condición es Colombia, que hasta el triunfo de Petro era una suerte de correa de transmisión de la política exterior de Estados Unidos en la región; allí tiene varias bases militares, aplicó el Plan Colombia y una política de fuerte militarización”, explica a Canal Abierto Leandro Morgenfeld, historiador e investigador del Conicet.

BLINKEN, MILEI, POSSE Y FRANCOS, EN EL BALCÓN DE LA CASA ROSADA (FOTO: NA)

El gobierno de Milei sostiene una política de alineamiento absoluto con Estados Unidos e Israel. “Esto se tradujo en la salida de los BRICS, en la cancelación de la compra prevista de aviones chinos y, en su reemplazo, la compra a Dinamarca de aviones usados de combate norteamericanos. Se manifiesta también en la política de ataque a los gobiernos latinoamericanos no alineados con Washington, de hostilidad con Lula, hostilidad con el gobierno chino, votaciones en la ONU a favor de los Estados Unidos. Por otro lado, el gobierno de Milei recibió a todos los funcionarios de los tres poderes de Estados Unidos que visitaron el país”. A saber: el director de la CIA, William Burns, se reunió con el jefe de Gabinete Nicolás Posse en marzo en la Casa Rosada; la generala Laura Richardson, jefa del Comando Sur, fue agasajada babosamente por el propio presidente y parte del gabinete; el secretario de Estado Antony Blinken, también fue baboseado por el padre de los perritos, que lo sacó a pasear por el balcón de la Rosada el 23 de febrero pasado. Si tenés un carguito en Washington, pasá por Balcarce 50 que serás recibido afectuosamente.

EL PAPÁ DE CONAN Y LA GENERALA RICHARDSON EN TIERRA DEL FUEGO.

-Yo creo que no hay ninguna consecuencia favorable. Estamos en un proceso de transición hegemónica global donde Estados Unidos va declinando como potencia económica y va perdiendo fuerza en desarrollo tecnológico frente a China y otros actores. Entonces, refuerza el músculo militar y la OTAN es el brazo armado del imperio. Este alineamiento nos obliga a involucrarnos en conflictos externos, conflictos sobre todo europeos, en los que Argentina no tiene capacidad militar para involucrarse debido a las enormes vulnerabilidades que tiene en materia de defensa.

Nada bueno podemos esperar de eso y sí consecuencias muy perjudiciales. Ellos van a decir que lo bueno es que pasar a ser socio global de la OTAN te permite acceder a la posibilidad de comprar determinado armamento y eso lo van a hacer para que compremos armamento europeo y americano y no los de origen chino o ruso, por ejemplo. Entonces, se nos condiciona en esas compras, aunque ellos lo presenten como una ampliación de nuestra posibilidad de acceder a insumos militares.

Además, lesiona nuestras posibilidades de juntarnos con el resto del mundo, con otros bloques de países como el G77+China (grupo de naciones del sur global, actualmente reúne a 134 países, más Beijing pero no como miembro pleno), en la ONU, en los organismos regionales, el grupo BRICS, que nos permitirían tener mejores condiciones para el reclamo soberano sobre Malvinas, por ejemplo. Justamente, el Reino Unido es el segundo socio en importancia de la OTAN, después de Estados Unidos, y tiene una base militar en nuestras islas del Atlántico Sur ocupadas.

En síntesis, creo que sería peligrosísimo y constituiría un enorme retroceso para la Argentina.

-Para que esto avance tendrá que haber una negociación extensa. Por otro lado, pasar a ser socios globales de la OTAN requiere de aprobación parlamentaria, y supongo que habrá una fuerte discusión en este sentido.

Según fuentes del Ministerio de Defensa, citadas por La Política Online, esta semana se va a presentar la carta de intención para ingresar como socio global de la organización. El paso previo a eso es el de aspirante y la Argentina deberá iniciar el proceso del Plan de Acción Individual de Asociación (IPAP).

La política exterior de Milei, en particular la sumisión frente a Estados Unidos y el alineamiento con Israel, se da justamente en un momento en que, en todo el mundo, está siendo señalado el genocidio que se lleva adelante sobre el pueblo palestino. El Consejo de Seguridad de la ONU le exigió a Israel un alto el fuego, que permita llegar ayuda humanitaria y que termine este proceso que provocó en Palestina la muerte de más de 30.000 personas, de más de 10.000 niños y una situación agobiante para dos millones de personas hacinadas en la Franja de Gaza. En este momento, en Estados Unidos hay enormes protestas de las comunidades judías de distintas ciudades y del pueblo en general y el gobierno de Biden tuvo que cambiar su posición, aunque sea parcialmente. Lo mismo en distintos países europeos y de todo el mundo. 

En este momento, Milei sobreactúa un alineamiento con Israel. Mientras que Benjamín Netanyahu está siendo fuertísimamente criticado al interior de Israel por el propio pueblo israelí, con enormes movilizaciones en su contra, en ese momento, Milei dice que Netanyahu no cometió ningún exceso y encima anuncia que va a trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén contra lo que indica Naciones Unidas.

En ese contexto -esta charla se produjo antes del frustrado ataque de Irán en respuesta al atentado israelí en la embajada iraní en Siria-, Milei ubica ahí a la Argentina. Eso nos puede poner como blanco del conflicto de Medio Oriente. 

Por otra parte, un sector del partido judicial aprovecha para volver a meter el tema de la AMIA. No para investigar las responsabilidades del atentado, no para encontrar los culpables, sino para involucrar al estado de Irán y que esto sea utilizado desde el punto de vista geopolítico por Estados Unidos e Israel.